martes, 27 de agosto de 2013

“El País”, puerta de entrada

Quizás venga a cuento decir ahora cómo fue mi incorporación a Zéneca Farma. En el año 1993 y tras 12 años trabajando como Jefe de Promoción en la industria farmacéutica, primero en un gran laboratorio farmacéutico como Latino Syntex y luego en otro más pequeño como la Sociedad Ibérica de Estudios Terapéuticos Aplicados (Sideta), y tras un breve paso intermedio por otro gran laboratorio, Bristol Myers Squibb, sentía que debía ampliar mis horizontes y probar lo que daba de sí mi creatividad en el mercado general después de tanto tiempo en un mercado tan cerrado y regulado como era el farmacéutico. Fue así como vi un anuncio en el diario El País en donde ofrecían un puesto de Jefe de Publicidad en una empresa de agroquímicos. Mandé mi currículo y comencé a pasar fases, llegué al final y me eligieron.

La empresa en cuestión era Zeltia Agraria, participada al 50 por ciento por el grupo español Zeltia y el grupo británico ICI (Imperial Chemical Industries). Al poco tiempo de llegar, cambió la dirección de la empresa pasando a ocupar ese puesto Alfredo Rubín, un hombre “hecho a sí mismo”, que empezó como botones en esa empresa, que a base de esfuerzo aprendió todo lo necesario para dirigir una gran empresa, y que incluso con la simple ayuda de un curso por correspondencia aprendió a hablar inglés con una gran soltura.

Conté con su apoyo y confianza para desarrollar mi trabajo, y conté igualmente con un presupuesto que llegó a rebasar (y estamos hablando de los años 80) los 200 millones de pesetas. Inicialmente tenía como ayudante a Javier Cebrián y como secretaria a Aurora, y poco después pude contratar a otra persona en una elección –también a través de una selección tras el correspondiente anuncio en El País-, que resultó todo un éxito tanto a nivel personal como profesional: Carmen Iglesias. 

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