miércoles, 25 de septiembre de 2013

La demagogia y los Congresos

Cuando los congresos médicos estaban en todo su esplendor y los laboratorios farmacéuticos corrían con todos los gastos y con toda la responsabilidad de su organización, eran frecuentes las largas colas de médicos frente a los stands no sólo para recoger los clásicos “regalitos” que se les ofrecían (pequeños obsequios como calculadoras, bolígrafos, agendas, etc.) sino también para informarse sobre las últimas novedades.

Ayer, como hoy, sin los laboratorios farmacéuticos no es posible la formación médica continuada, puesto que ni los centros sanitarios para los que trabajan los médicos ni los propios médicos, están dispuestos a pagar cursos de formación. Es gracias a los laboratorios, que organizan y pagan estos cursos, o bien los patrocinan, que los médicos pueden estar siempre al día en cuanto a los últimos avances de la medicina. Otro cantar es que la sociedad no es consciente de este importante papel que juegan los laboratorios e incluso los Gobiernos les ponen todo tipo de trabas en un ejercicio de total demagogia, creyéndose ellos los únicos “imparciales y asépticos” y tachando de “parciales” e “inductores de consumo y derroche farmacéutico” a los laboratorios.

En uno de los primeros números de la revista “30 días” que puse en marcha en el año 1999 (revista que apenas unos meses después se transformó en la longeva y exitosa “Información al Día”) informaba, por ejemplo, de los más de 400 urólogos que se inscribieron en el curso “International Urology Course”, celebrado en Barcelona. Como no podía ser de otra forma, un laboratorio líder en Urología, como Zéneca, estaba presente en el mismo para dar a conocer a estos especialistas su antiandrógeno Casodex (bicalutamida) para el cáncer de próstata.

Sin la ayuda de los laboratorios que patrocinaron este encuentro internacional, los urólogos no hubieran podido asistir a este encuentro ni actualizar, en consonancia, sus conocimientos.

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