lunes, 2 de septiembre de 2013

Notas de prensa creíbles

El caso es que pronto, tanto unos medios de comunicación como otros (tanto los que se guiaban por criterios periodísticos como quienes lo hacían por criterios estrictamente comerciales), se dieron cuenta que mis notas de prensa eran diferentes a la mayoría de notas de prensa que recibían de otros laboratorios. Mientras en las mías lo importante de cada noticia eran los beneficios que se podían derivar para los pacientes, quedando en un segundo plano nuestro laboratorio y nuestros productos, en los demás laboratorios la tónica general era la de anunciar a bombo y platillo lo buenos que eran sus productos. Mientras yo escribía poniéndome en el lugar del lector y diciéndome “¿qué es lo que podría interesarme de toda esta historia?”, en la mayoría de laboratorios quienes escribían esas notas de prensa lo hacían pensando “¿cómo le gustaría al Director que estuviese escrita esta nota?”. Es evidente que sin la confianza y libertad que me dio Alfredo Rubín no hubiera podido hacer así mi trabajo. Y gracias a eso mis notas de prensa obtuvieron un índice de publicación muy superior al de la media sorprendiendo por los resultados no solo a los jefes y directores de Zéneca Farma sino también a mis colegas de la central de Londres. De igual forma organicé numerosas ruedas de prensa, gestioné entrevistas con directivos, promoví viajes de periodistas tanto a la fábrica que teníamos en Galicia como a la sede central de Londres o a los laboratorios de investigación de Manchester.

A pesar de la precariedad presupuestaria el nombre de Zéneca Farma se convirtió en habitual en los medios de comunicación médica y farmacéutica, habitual en los medios de información económica, habitual en los medios gallegos (puesto que nuestra fábrica estaba en Porriño, Pontevedra), y no resultaba extraño verlo de vez en cuando también en la prensa general tanto nacional como provincial.

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