domingo, 16 de febrero de 2014

Ayudar al asmático a dejar de fumar

El hábito de fumar, adicción con criterio de enfermedad crónica, está considerado como el principal problema sanitario de nuestra época y primera causa de mortalidad evitable en países desarrollados.

Más del 35 por ciento de los españoles se consideran fumadores. A los 15 años fuma regular u ocasionalmente un 52 por ciento de los jóvenes y la práctica totalidad de los fumadores iniciaron este hábito antes de los 20 años. La tendencia es que el consumo de tabaco está descendiendo entre los hombres y aumentando en las mujeres.

En cuanto a los pacientes asmáticos, el 15 por ciento de los españoles que sufren asma afirman ser adictos al tabaco y más del 16 por ciento sufren la condición de fumadores pasivos.

Las graves consecuencias que provoca el humo del tabaco para la salud de cualquier individuo no se hacen evidentes en el momento, no limitan ni dificultan la realización de sus actividades cotidianas. Sin embargo en el caso de los asmáticos existe una relación muy directa  entre el tabaco y el agravamiento de sus síntomas, la resistencia a determinados tratamientos, la mayor incidencia de infecciones respiratorias, la progresiva incapacidad para llevar una vida activa y la dificultad para practicar ejercicio físico.

El objetivo principal de los profesionales sanitarios debe ser que sus pacientes asmáticos abandonen el hábito de fumar, ya que se considera la mejor actitud terapéutica aislada de todo conjunto de medidas que se disponen para mejorar su estado de salud y calidad de vida. El simple hecho de que el médico aconseje dejar de fumar consigue una tasa de abandonos del 5 por ciento. Y cuando además de este consejo, se ofrecen al paciente intervenciones sistematizadas con el apoyo de terapia psicológica conductual y de sustitución nicotínica, el porcentaje puede alcanzar el 40 por ciento. 

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