viernes, 10 de julio de 2015

De pringaos y sinvergüenzas

(El Inefable) El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi ha sido condenado a tres años de cárcel por sobornar a un senador y conseguir así que cayera el Gobierno de Romano Prodi en 2008. Utilizó para ello como intermediario a Valter Lavitola, ex director del diario “L’Avanti”.

Los abogados de Berlusconi han anunciado la apelación y se las están ingeniando para conseguir que todo este proceso se prolongue hasta el próximo 6 de noviembre. ¿Qué sucede ese día? Pues que el delito habrá prescrito y por lo tanto se librará de ir a la cárcel, al igual que ha sucedido en las innumerables condenas que han dictado anteriormente contra él los Tribunales de Justicia italianos, sin que nunca haya tenido que pisar la cárcel.

Sin embargo alguien tiene que “pagar el pato” y para eso están los “pringaos”, aquellos que se arriman a los poderosos en espera de recibir prebendas y, con frecuencia, lo único que consiguen es cargar con las culpas suyas y las del poderosos. Berlusconi está y seguirá libre, en la calle; mientras que el tal Valter Laviota, que le ayudó en ese soborno, está en la cárcel.

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