jueves, 27 de agosto de 2015

Hay que conocer lo que esconden las pastillas

(Diario El Inefable) El experto comunicador de la industria farmacéutica Álvaro Cabello, fue distinguido hace años por un artículo titulado “¿Qué secretos esconden las pastillas” en el “Premio Reflexiones” a la opinión sanitaria. Según explica, “la idea de realizar un reportaje con estas características surgió a partir de un ejercicio nada original pero muy recomendable: reflexionar, pensar si estamos informando sobre lo que la gente desea ser informada. Todos hemos tenido una pastilla en la mano. Posiblemente nos hemos preguntado qué contiene, cuánto han tardado en hacerla, por qué presenta esa forma, ese color... En definitiva, cosas sencillas, que es lo que la mayor parte de la gente quiere saber”.

Hace mucho que afirmó que “el mundo de la comunicación sanitaria necesita un baño de pureza”, y es que “la información debe servir también para educar a la sociedad. Hay que tener claro que una pastilla es un medicamento, no un caramelo. Cuando se tiene un medicamento en la mano hay que tratarlo con el respeto que merecen todos los años de investigación, esfuerzos personales e inversión económica que lleva dentro. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que la gente no nace sabiendo, y que todo este proceso hay que contárselo para que lo conozca”.

Cabello se lamenta al constatar cómo a pesar de los años transcurridos “el desconocimiento entre la población es total. Si nadie se ha preocupado de informarles ¿cómo lo van a conocer?”.

Cuando se le recuerda que en Europa no está permitida la publicidad directa al consumidor, responde que “eso no debe servir de excusa para no informar a la gente sobre los medicamentos. Son parte del cuidado de la salud. Por ello no se les puede arrinconar como un tema tabú. La publicidad no es el único medio para informar. Si a la gente le interesa, a la industria farmacéutica le interesa, y al Estado debería interesarle, quizás simplemente estemos todos esperando a ver quién le pone el cascabel al gato”.

En cuanto al tratamiento cosmético o embellecedor de los medicamentos (formas, colores, diseños, etc.) comenta que “por una parte, las nuevas formas, colores y tamaños de los medicamentos cumplen una importante función. En este sentido son un gran avance. Pero también hay quien se desvía del camino y lo aprovecha para intentar ‘atraer y fidelizar consumidores’. Al final, como siempre, lo bueno o lo malo no son los avances, sino el uso que se haga de ellos”.

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