lunes, 26 de septiembre de 2016

La Medicina Interna en el siglo XXI

(AZprensa) El informe “La Visión de la Medicina Interna en la sanidad del s. XXI” elaborado por la  Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) define las claves del entorno en el que se van a desempeñar las Unidades de Medicina Interna, entre otras:
- La Medicina Interna debe tener un papel central en el manejo integral del paciente crónico complejo, el adulto con difícil diagnóstico sin enfermedad órgano-específica y del paciente crítica y agudamente enfermo.
- El control sobre el gasto sanitario y la rendición de cuentas de los recursos destinados a sanidad tenderán a aumentar. La profesión médica debe asumir el compromiso de la eficiencia en la gestión de los recursos.
- La configuración autonómica del estado español puede tender a aumentar las desigualdades en salud si no se desarrollan adecuados instrumentos de cohesión. Las entidades científico-médicas y los profesionales deben asumir su responsabilidad en el desarrollo de estos instrumentos, basándolos en evidencia científica, efectividad y calidad asistencial.
- Es necesario el desarrollo de un nuevo liderazgo médico, dentro de equipos multidisciplinares que presten una asistencia centrada en el paciente.
- Las expectativas de los ciudadanos tenderán a ser más exigentes en relación con la capacidad de elección y la transparencia de la información, la decisión, la inmediatez de respuesta y de mayor confortabilidad, y pasarán de ser “consumidores” de asistencia sanitaria a “productores” (o gestores) de su salud.
- Las proyecciones demográficas y las tendencias en salud en España muestran un escenario marcado por un notable aumento de la cronicidad, discapacidad, dependencia y fragilidad, para el que no está preparado el SNS, que no será sostenible si no se produce un cambio radical de modelo sanitario.
- El hospital deberá experimentar un profundo cambio para insertarse dentro de una red integral de servicios sanitarios y sociosanitarios.
- Se producirán importantes cambios tecnológicos, cuya incorporación en el SNS dependerá de la flexibilidad, el desarrollo de equipos multidisciplinares, el rediseño de las competencias profesionales, la formulación y diseño de carreras profesionales y el desarrollo de perfiles de puestos de trabajo que reflejen e incorporen los cambios tecnológicos.
- Las tecnologías de la información (TIC) tenderán a modificar el funcionamiento del sistema sanitario y las relaciones entre los pacientes y los profesionales. La curva de incorporación al SNS dependerá de la capacidad de cambio estructural del sistema. 

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