jueves, 19 de abril de 2012

Las singularidades de Zéneca


 Las tres grandes áreas de negocio de este grupo internacional de biociencia compartían un mismo objetivo: investigar para mejorar la calidad de vida (Artículo publicado en 1995)

Lanzar un nuevo producto al mercado farmacéutico es una aventura cada vez más difícil y costosa. Los altos costes que supone la investigación y desarrollo de nuevos fármacos (de cada 10.000 moléculas estudiadas sólo una llega finalmente al mercado) y el dilatado espacio de tiempo requerido para ello (una media de 10 años) hacen que sólo las grandes compañías, con potencial suficiente, sean capaces de afrontar este reto que, a fin de cuentas, es lo que permitirá la viabilidad comercial de las mismas.

Actualmente estamos asistiendo a un movimiento continuo de fusiones, adquisiciones, etc., entre diferentes grupos farmacéuticos. Esto se debe a la tendencia a aglutinar recursos suficientes para dar respuesta a las necesidades de la clase médica a través del descubrimiento y desarrollo de nuevos fármacos más eficaces y mejor tolerados.

Uno de los ejemplos más claros de orientación a la I+D lo representa la multinacional Zéneca que ahora acaba de cumplir dos años como grupo independiente, tras su segregación en 1993 del grupo químico ICI.

El artífice de su segregación fue Denys Henderson, que acaba de jubilarse y al que los analistas financieros han definido como “el hombre que partió en dos a ICI... y ganó”.

Efectivamente, el tiempo (el poco tiempo, en realidad) transcurrido desde entonces ha venido a darle la razón. La clara diferenciación existente entre los negocios de biociencia (productos farmacéuticos, agroquímicos y semillas, y especialidades químicas) y los restantes negocios de la química ICI, justificaban aquella decisión. El fin era dotar de una total independencia y adecuados recursos a esos negocios cuya razón de ser estriba en los resultados que se obtengan de su I+D.

Sin embargo, y a diferencia de otros grupos farmacéuticos internacionales, la investigación de Zéneca no se centra sólo en su área farmacéutica (Pharmaceuticals) sino que abarca también otras parcelas en estrecha relación con la misma, como son, por ejemplo: funguicidas, insecticidas y herbicidas para mejorar la sanidad de los cultivos (Agrochemicals), variedades mejoradas de semillas (Seeds), defensa de la salud humana frente a las enfermedades transmitidas por insectos y roedores (Public Health), desarrollo de alimentos de superior calidad y mejora de diversos cultivos a través de la biotecnología (Plant Science) y un amplio grupo de negocios (Specialties) basados en la química orgánica y la biotecnología, entre cuyos logros se encuentran un plástico biodegradable, un alimento alternativo a la carne, sin colesterol y rico en proteínas y fibra, diagnósticos para la identificación genética, desinfectantes para superficies sólidas o incluso para el agua de las piscinas, etc.

 La singularidad de Zéneca

Los recursos globales destinados por Zéneca a I+D alcanzaron el pasado año los 518 millones de libras, correspondiendo el 58% al área farmacéutica, un 31% a agroquímicos y semillas y el 11% a las especialidades químicas. De sus 30.000 empleados, el 23% se dedica exclusivamente a I+D (3.500 en el área farmacéutica, 2.100 en agroquímicos y semillas, y 1.400 en los otros negocios).

Sin embargo, no es este enorme potencial lo que hace diferente a Zéneca, sino la forma en que todos sus equipos de investigación comparten recursos e intercambian opiniones y experiencias.

Los científicos de Zéneca disponen de un banco en el que se encuentran 400.000 compuestos previamente analizados o sintetizados, así como dos grandes laboratorios, Central Toxicology Laboratory, para evaluar la seguridad de sus productos en el hombre, y Brixham Environmental Laboratory, para evaluar la seguridad medioambiental de los mismos.

Las sinergias derivadas de esta organización tienen ejemplos muy significativos: Arimidex, un nuevo producto para tratamiento de cáncer de mama se aprovechó de las investigaciones previas llevadas a cabo con unos compuestos que se evaluaban como potenciales funguicidas agrícolas, lo que permitió acelerar la investigación farmacéutica.

Otro ejemplo vino dado por los científicos del Laboratorio Central de Toxicología cuando –investigando un compuesto que podía ser candidato como herbicida, descubrieron que tenía potencial terapéutico en un trastorno humano denominado tirosinemia tipo 1 (una enfermedad que causa trastornos hepáticos y sanguíneos y suele ser fatal, pero que –gracias a este descubrimiento- dispone ahora de un medicamento eficaz para salvar la vida de los niños afectados por la misma).

 Un nuevo producto cada año

Actualmente Zeneca Pharmaceuticals tiene en cartera más de 20 productos, en distintas fases de desarrollo, para su lanzamiento durante estos próximos años.

Tras el reciente lanzamiento de Meronem (meropenem), un antibiótico betalactámico de amplio espectro, para uso hospitalario, Zéneca se prepara para lanzar otros nuevos productos dirigidos a áreas terapéuticas tan importantes como el cáncer, el asma o la esquizofrenia.

Los más inminentes serán Casodex (bicalutamida) para cáncer de próstata, Arimidex (anastrozol) para cáncer de mama, y Accolate (zafirlukast), un nuevo tratamiento oral para el asma. A estos seguirán Tomudex (raltitrexed) para el cáncer colorrectal y Seroquel (quetiapina) para la esquizofrenia.

David Barnes, director ejecutivo de Zéneca. Ya ha anunciado unos planes de expansión por un coste aproximado de 100 millones de libras durante los dos próximos años, incluyendo 35 millones de libras para la ampliación de su principal centro de producción farmacéutica en Macclesfield (Reino Unido) así como otras inversiones en sus plantas de fabricación de productos farmacéuticos.

En el caso de España, el centro de producción de Zéneca Farma en Galicia ha visto reforzada su posición estratégica (producción para Portugal y otros países europeos) con una inversión de 400 millones de pesetas, la mayor parte de los cuales van destinados a una nueva sala de granulación cuya finalización está prevista para este mismo año.

Apoyar la investigación, labor de todos

El médico y la sociedad demandan cada día nuevos y más eficaces productos para vencer las enfermedades y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Algo que no puede lograrse sin unos amplios recursos destinados a I+D.

De cara al futuro, sólo las compañías capaces de descubrir y desarrollar nuevos fármacos serán comercialmente viables y para ello hay que afrontar primero el enorme coste que supone la I+D de cualquier nuevo fármaco. Apostar por la investigación y apoyar la misma, es apostar por el futuro.

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