miércoles, 15 de mayo de 2013

La clave está en su molécula


(Diario El Inefable) Esta fue una de las campañas de mayor éxito del antialérgico Mircol. La argumentación que se seguía en la misma era la siguiente:
No sólo la primavera es una estación propicia para las alergias al polen; también lo es el verano. Por eso, en este díptico que diseñé para presentar a los médicos el antialérgico Mircol destacaba en portada que en los meses de verano muchas personas solo tienen dos alternativas: padecer alergia o controlarla a expensas de padecer la somnolencia típica que proporcionan muchos antihistamínicos. Para ilustrarlo, ofrecía la ilustración de un campo de verano, en estilo impresionista, y en medio de ella un paciente adormecido y encerrado en una urna de cristal para aislarse del mundo exterior.
 
En el interior se detallaba la eficacia de este fármaco, comparándolo con otros antihistamínicos de referencia y se destacaba la ausencia de producción de somnolencia característica de Mircol.

Para explicar el por qué de este hecho, se exponía que Mircol (mequitazina) posee una acción antihistamínica y antiserotonínica prolongada, ya que el su molécula, mequitazina, se une al núcleo fenitiazínico una cadena lateral (heterociclo saturado), quinuclidina, que la hace muy resistente a las enzimas metabolizantes. Por esta originalidad de la molécula, Mircol no produce la somnolencia habitual de las sustancias antialérgicas...

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