sábado, 21 de septiembre de 2013

Seis mil llamadas diarias

En el año 1999 la comunicación directa de los laboratorios farmacéuticos con los pacientes ya era una realidad... aunque solo en Estados Unidos porque en Europa los Gobiernos mantenían (y siguen manteniendo amordazados) a los laboratorios. Por el contrario en Estados Unidos era posible hacer publicidad en medios de comunicación generales (prensa, radio, televisión...) de medicamentos de prescripción. Pero más sutil que la publicidad eran las acciones de comunicación como la llevada a cabo por Séneca para su fármaco Nolvadex (tamoxifeno). Este fármaco acababa de ser reconocido por la FDA como “tratamiento preventivo del cáncer de mama en mujeres de alto riesgo”. A este efecto, el laboratorio Zéneca puso en marcha una campaña de información telefónica para que las mujeres pudiesen saber si se encontraban o no en ese grupo de “alto riesgo”. La campaña fue todo un éxito y en la primera semana se recibieron en ese teléfono 38.000 llamadas.

A las mujeres que llamaban se les ofrecía consejo y se les facilitaba diversa información, entre ella, un sencillo test de autoevaluación para conocer el nivel de riesgo que tenían de padecer esa enfermedad.

El portavoz de la compañía, Steve Lampert, reconoció el éxito de esta iniciativa que, con se mantuvo largo tiempo con una media de 6.000 llamadas diarias lo que representaba un 50 por ciento más de lo que el propio laboratorio había estimado; y es que los pacientes quieren estar informados y nadie mejor que el descubridor y fabricante de un fármaco para informar de ese fármaco aunque su opinión pueda tacharse de parcial, pero ¿quién va a saber más que el propio descubridor? 

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