viernes, 4 de octubre de 2013

El mismo producto pero con distinto nombre

Ante la imposibilidad de mantener unas redes comerciales de visitadores médicos que visiten a todos los médicos, o ante la imposibilidad (trabas impuestas por las Autoridades Sanitarias) de visitar a los médicos todos los meses, los laboratorios encontraron hace ya tiempo el camino de las “licencias”. Se trata de ceder a otro laboratorio un producto para que ambos laboratorios lo comercialicen, aunque cada uno con un nombre distinto aun tratándose exactamente del mismo producto. De esta forma, el médico recibe un día al visitador del laboratorio A que le presenta el producto X y al día siguiente recibe al del laboratorio B que le presenta el producto Y. Posiblemente el médico se de cuenta que se trata del mismo producto pero, si está convencido de su utilidad recetará aquél cuyo visitador le caiga más simpático o cuyo laboratorio le haya invitado a congresos, reuniones, etc. en más ocasiones.

También es frecuente que –si el médico está convencido que ese producto es eficaz- decida recetar los dos para que sus pacientes no piensen que “ese médico receta siempre lo mismo”; así las recetas aparecen con distintas marcas comerciales aunque en realidad el principio activo es el mismo.

Por ejemplo, AstraZéneca y Novartis acordaron en 1999 comercializar el antiasmático zafirlukast, la primera con el nombre comercial de “Accolate” y la segunda con el nombre comercial de “Olmorán”.

No hay comentarios: