jueves, 28 de noviembre de 2013

La hipertensión y la sal

La sal influye en las cifras de presión arterial y su evolución en el tiempo, ya que un mayor consumo supone una tendencia a una mayor elevación de la presión con la edad y en una mayor repercusión sobre los órganos: daño renal, cardiaco o vascular.

La reducción del consumo de sal proporciona una disminución de las cifras de tensión, facilita el menor consumo de fármacos, promueve la protección de los órganos diana y modera la progresiva elevación de la presión con la edad. La mejor manera de reducir la sal es no utilizarla para la preparación de las comidas, pero esto no significa que el paciente hipertenso deba renunciar a los sabores, ya que la sal se puede sustituir por una amplia variedad de condimentos y especies que alegrarán el paladar con un amplio abanico de percepciones.

Las comidas no tiene por qué ser siempre aburridas; también para los hipertensos existe la posibilidad de degustar los exquisitos platos de la alta cocina. Así lo reflejaron en el libro editado por AstraZéneca y titulado “La sal de la vida”, escrito por los doctores Alex Roca-Cusachs (Barcelona) y Rita Bonet (Barcelona) sobre recetas especiales para hipertensos elaboradas por el cocinero Carles Caig (en la fotografía).

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