miércoles, 1 de enero de 2014

A falta de presupuesto... ¡imaginación!

Cuando un laboratorio quiere hacer una campaña de publicidad en revistas pero dispone de muy poco presupuesto... ¿qué hace? Lógicamente “pone” pocos anuncios. Y cuando un laboratorio “pone” pocos anuncios ¿cómo los pone? Normalmente los distribuye a lo largo del tiempo porque se cree que al cubrir más tiempo, la campaña será mayor y por consiguiente más importante y eficaz. Y en estos casos ¿qué tipo de anuncios pone? Lo habitual es que utilice los anuncios que ya disponía de antes, para no gastar en la realización de nuevos anuncios, y que generalmente se trata de anuncios de una página completa.

Yo rompí con todo eso. En épocas en que el presupuesto de publicidad corporativa era muy escaso y no daba para grandes campañas de publicidad, no renuncié por ello a la idea de “campaña” y por consiguiente encargué realizar nuevos anuncios aunque –eso sí- diseñados por mí para que el dibujante sólo tuviese que plasmarlo gráficamente y de una forma sencilla, de bajo coste.

Esos anuncios no eran de una página sino de pie de página. De esta forma el coste de inserción era mucho menor y el presupuesto disponible para la campaña daba para más.

Como aún así sólo se podían contratar muy pocos anuncios, hacía una selección de revistas, las más importantes, para que hubiese en ellas una presencia significativa, en vez de diluir esos anuncios entre un montón de revistas y que pasasen desapercibidos.

En las revistas seleccionadas, los anuncios no iban en cualquier sitio sino en lugares preferentes: como pie de portada o como pie de las páginas de aquellas secciones con mayor índice de lectura.

Después, solía utilizar dos opciones:
1.- Publicar todos los anuncios de que disponía en números sucesivos de dichas revistas para que el efecto acumulativo que debe tener la publicidad se consiguiese. (Cualquier estudiante de Publicidad sabe que “la repetición es la gasolina de la publicidad”; sin esta, no funciona).
2.- Publicar esos anuncios de forma aislada pero no cualquier día, sino en los días más significativos del año, con lo cual también conseguiría un efecto acumulativo de los mensajes ya que los lectores recordarían a ese laboratorio como el que siempre estaba presente en los días significativos.

Aquí tenemos un ejemplo (ver imagen) de esa segunda opción. En dicho caso los anuncios eran: Feliz Navidad, Feliz fin de año, Feliz Año Nuevo, Feliz día de Reyes, Felices vacaciones, Feliz estancia en el Congreso de...

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