sábado, 15 de marzo de 2014

Cuando el sueño no es de calidad y reparador, es hora de visitar al especialista

Según datos manejados por  la Sociedad Española de Neurología (SEN) entre un 20 y 48 % de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño. El trastorno más frecuente es el insomnio (20-30%), seguido del síndrome de las piernas inquietas (5%) y del síndrome de apneas-hipopneas del sueño (2-4%). 

En los últimos años se han realizado numerosos estudios que analizan el papel que el sueño parece ejercer en la restauración y fortalecimiento de los diferentes circuitos neuronales. Algunos estudios recientes señalan la importancia del sueño a la hora de que los niños fortalezcan las conexiones entre el hemisferio izquierdo y derecho del cerebro; otros han estudiado cómo el sueño puede mejorar el aprendizaje o cómo el cerebro consolida y afianza conceptos nuevos o recuerdos durante el sueño. “Dormir es fundamental para afrontar en perfectas condiciones la posterior vigilia, para la supervivencia del individuo y para el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Cuando no se duerme adecuadamente hay un menor rendimiento cognitivo, baja la concentración y, entre otras alteraciones cognitivas, se producen fallos de memoria, cambios bruscos de humor y alteraciones en el proceso de toma de decisiones”, señala el Dr. Hernando Pérez, coordinador del Grupo de Estudio de Vigilia y Sueño de la SEN.

Además, cuando no se consigue dormir adecuadamente por algún tipo de trastorno, no solo se ve afectada la capacidad intelectual y el rendimiento, sino que aumenta el riesgo de hipertensión y la probabilidad de sufrir un ictus, además de agravar y/o aumentar la probabilidad del desarrollo de otro tipo de enfermedades.

Pero ¿cuántas horas debemos dormir? Se han presentado diversos trabajos que han relacionado la falta de sueño, generalmente inferior a 6 horas, con aumento del riesgo vascular o con disminuir la esperanza de vida. Y aunque todavía queda mucho por estudiar al respecto, todo parece indicar que un término medio, es decir, unas 7-8 horas diarias, es lo más indicado. Dormir más puede ser síntoma de que subyace alguna enfermedad como la narcolepsia o una depresión o de que nuestro sueño no nos repara por verse interrumpido por apneas, que es como se conocen a las obstrucciones que experimente nuestra vía aérea durante el sueño en algunos pacientes”, concluye  el Dr. Hernando Pérez, resaltando que “el sueño debe ser de calidad y reparador. Cuando esto no se consiga es el momento de visitar a un especialista”.

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