(El Inefable) Cada vez hay menos quioscos de prensa en
nuestros puelos y ciudades. Resulta desolador el panorama que ofrecen nuestras
calles cuando reparamos cada día en un nuevo quiosco cerrado y abandonado, o
simplemente retirado de allí en donde aún se perciben sobre la acera los restos
de su anclaje.
Los tiempos han cambiado. Noticia es lo que sucede en este
instante, no lo que sucedió ayer (eso es lo que traen los periódicos de papel)
y ese acceso inmediato a la noticia sólo se puede conseguir con los
dispositivos móviles.
Sin embargo hay otro cambio aún más patente: ya no es el
lector quien va a buscar la noticia (esté la misma en un soporte de papel o uno
digital), sino que es la noticia la que debe ir en busca del lector. ¿Y cómo se
consigue esto? Pues a través de las redes sociales: Facebook, Twitter,
Linkedin, etc.
Esto significa que –a la hora de la verdad- los nuevos
diarios dependen para su éxito de plataformas y dispositivos que no son suyos.
En las plataformas, ya no basta con ser el primero en dar la noticia para tener
éxito, hay que contarla de tal forma que sea capaz de atraer hacia sí la
atención de los lectores. En los dispositivos, lo más importante a tener en
cuenta es la velocidad de carga de las páginas y su adaptación al móvil; si el
diario digital no es capaz de ofrecer una carga de página rápida, sus posibles
lectores dejarán de serlo.
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