miércoles, 9 de septiembre de 2015

La factura de beber en el embarazo la pagará el recién nacido

(Diario El Inefable) Cuando una mujer bebe alcohol durante el embarazo, se arriesga a dar a luz a un bebé que pagará las consecuencias -con deficiencias mentales y físicas- el resto de su vida. La exposición del feto al alcohol se produce cuando una mujer bebe durante el embarazo. Ninguna cantidad de alcohol es seguro para las mujeres embarazadas que beben.

Según indica Francisco Pascual, vicepresidente de la sociedad científica SOCIDROGALCOHOL, “se observa una reducción del consumo de tabaco, que no se hace con el alcohol, y a eso se añade el riesgo teratógeno de tomar alcohol el primer mes (cuando la mujer aún no sabe que está embarazada)”. Los daños graves son malformaciones del bebé y eventual muerte del feto, alteraciones en el comportamiento del niño con dificultades en adaptación a la escuela o a la familia.

Los daños que produce en el bebé el hecho de que la madre tome alcohol son muy numerosos. Las evidencias indican que el alcohol afecta principalmente al desarrollo del cerebro. Los principales perjuicios ocasionados al bebé son: anomalías faciales características, anomalías del desarrollo del sistema nervioso central, trastorno del neurodesarrollo relacionado con el alcohol, defectos de nacimiento relacionados con el alcohol. Otras problemas producidos por el consumo de alcohol en la gestación son la microcefalia, deterioro intelectual (leve a moderado retraso mental), retraso en el desarrollo, hiperactividad en la infancia o trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH), malformaciones cardíacas y otros.

Para concienciar sobre este importante problema de nuestra sociedad, cada 9 de septiembre se celebra el “Día del síndrome alcohólico fetal”.

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