miércoles, 30 de marzo de 2016

Una de cada tres personas tiene alergia la lactosa

(AZprensa) Aproximadamente un tercio de los españoles presenta intolerancia a la lactosa, un trastorno digestivo que se caracteriza por un déficit de lactasa. En el 70% de los casos, la causa es genética y esta condición se mantiene durante toda la vida. Sin embargo, también es posible que aparezca tras una agresión de la mucosa intestinal (por ejemplo tras el tratamiento con antibiñoticos o quimioterapia) en cuyo caso es temporal y reversible.

Cuando se habla de una causa genética, la más frecuente, suele ocurrir tras el período de lactancia. En ese momento, señala el Dr. González Rodríguez, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario HM Madrid, comienza una pérdida progresiva de la producción de lactasa y, por tanto, una pérdida gradual de la capacidad de digerir la lactosa. En estos casos, es habitual que al cumplir los 20 años muchos adultos muestren ya algún grado de intolerancia. Cuando la causa es congénita, apunta la Dra. López-Palacios, “no existe curación porque el individuo no recupera el enzima y los síntomas sólo se alivian con la suspensión de los lácteos”.

Menos frecuente es la intolerancia a la lactosa que se produce por causas secundarias relacionadas con una agresión de la mucosa intestinal. Puede aparecer tras un episodio agudo de diarrea, tras el tratamiento con antibióticos o con quimioterapia o tras cirugía del intestino delgado, como se ha dicho anteriormente. También puede darse en pacientes celíacos o con enfermedad inflamatoria intestinal. “En estos casos, la intolerancia suele ser temporal y reversible. Los síntomas mejoran cuando se trata la causa o la enfermedad que ha condicionado su aparición”, añade la Dra. Natalia López-Palacios, experta en este trastorno.

Sin embargo esto no significa que deba decirse adiós a  la lactosa. En la actualidad, más que una dieta restrictiva, se recomienda reducir la ingesta de lactosa ya que la mayoría de los pacientes tolera hasta 12 gramos sin presentar síntomas. Esto dependerá, en cualquier caso, del grado de intolerancia. Eso sí, deben tener en cuenta que muchos alimentos precocinados e incluso medicamentos pueden incluir lactosa en su composición.

La reducción del consumo de leche conlleva un mayor riesgo de fracturas y osteoporosis. Por eso, en estos casos, se recomienda consumir suplementos o alimentos ricos en calcio y exponerse al sol para favorecer la absorción de vitamina D. Además, en el mercado podemos encontrar varias marcas de leche bajas en lactosa” o “sin lactosa”.

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