sábado, 25 de marzo de 2017

Así de violenta es la vida de un cometa

(AZprensa) Gracias a la misión Rosetta y a la información enviada desde mayo 2014 hasta agosto 2015 en que se produjo el máximo acercamiento al Sol del cometa 67P se han podido comprobar los violentos cambios que suceden en la superficie de los cometas cuando se acercan al Sol y que no son simplemente esa cola producida por la evaporación del hielo tan visible y característica de los mismos.

La comparación de las imágenes obtenidas a lo largo de dos años, que cubren escalas de incluso menos de un metro, ha permitido analizar los cambios que se han producido en la superficie del cometa en su viaje alrededor del Sol. Entre esos cambios destacan el derrumbamiento de cordilleras, la prolongación en unos 30 metros de la fractura de más de medio kilómetro de largo que atraviesa el cuello del cometa y la formación de otras más pequeñas paralelas a esta. También se ha detectado el desplazamiento de grandes masas rocosas. Así, una roca de más de 20 metros de lado y con un peso equivalente a 250 kilos se movió unos 140 metros, posiblemente debido a eventos explosivos ocurridos en el entorno.

Sin embargo, todos los cambios resultan locales y no han afectado a los grandes accidentes geográficos de 67P, lo que indica que la orografía del cometa se fraguó en una etapa anterior en la historia del cometa. Se sabe que la interacción gravitatoria de Júpiter ha modificado al menos dos veces la órbita de 67P, en 1940 y en 1959, en las que la distancia mínima al Sol pasó de ser 600 millones de kilómetros (insuficiente para activar el cometa) a 410 y 186 millones de kilómetros, respectivamente. 

No hay comentarios: