sábado, 3 de junio de 2017

Mejorar la salud no es cosa de medicamentos

(AZprensa) El Dr. Julio Sánchez Álvarez, jefe del servicio de Medicina Interna del Complejo Hospitalario de Navarra y profesor de la UPNA, ha intervenido en la primera charla-coloquio dirigida exclusivamente a los ciudadanos, que organiza el Colegio de Médicos de Navarra. En ella ha hablado de cómo mejorar la salud cardiovascular y para ello los medicamentos sólo son la última opción.

Por eso ha destacado en primer lugar la importancia de adquirir hábitos de vida saludables que incluyan ejercicio físico regular, dieta mediterránea con ingesta calórica adecuada y evitar el tabaco, “particularmente nocivo en la población diabética”. Esta es la receta para prevenir las enfermedades cardiovasculares, “que avanzan de manera silenciosa, sin dar apenas señales de alarma”.

Este experto se refirió específicamente al colesterol, destacando lo que se conoce como colesterol “bueno” y colesterol “malo”. “La mejor recomendación para elevar el llamado colesterol bueno, es realizar ejercicio de forma regular y abandonar el tabaco. Aunque la elevación que se consigue es modesta, el beneficio global es muy importante”, y añadió que hacer ejercicio regular, dejar de fumar y adquirir unos hábitos dietéticos saludables sirve en todas las situaciones y va a producir beneficio.

Especialmente importante es, según el Dr. Julio Sánchez, actuar sobre los hábitos alimenticios y el sedentarismo porque “somos el segundo país europeo en obesidad infantil”. Recomendó suprimir de la dieta las grasas trans (que se encuentran en alimentos como margarinas vegetales, patatas fritas industriales o palomitas), ya que oxidan las partículas de colesterol y aceleran la formación de placas de ateroma.  Sería mejor erradicarlas, pero es muy difícil luchar contra la industria alimentaria. Lo recomendable es que no superen el 1% del total de las grasas totales que tomamos”. Aclaró que, en América, se obliga a especificar el porcentaje de grasas trans en el etiquetado de los alimentos, mientras que en España incluyen el porcentaje de grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas, pero no se dice nada de las grasas trans”. También recomendó reducir las grasas saturadas y algunas grasas vegetales, como el aceite de coco y de palma, ésta última utilizada principalmente en bollería industrial y alimentos precocinados para enlentecer la caducidad de los alimentos.
 
Finalmente, y en cuanto a los medicamentos, explicó que “disponemos desde hace años de medicamentos que van a contribuir a descender este tipo de colesterol y que han supuesto una mejora de las expectativas de vida en los pacientes con alto riesgo de padecer estas enfermedades y, sobre todo, en aquellos que ya han sufrido alguna de ellas”.

Sobre las estatinas, fármaco base en el tratamiento del colesterol, indicó que “a partir del primer año, los pacientes mejoran de forma estadísticamente positiva, disminuyendo el número de infartos y anginas de pecho respecto a los que no son tratados, y eso ocurre en todos los grupos de edad”. En respuesta a las preguntas del público, aclaró que “la edad no tiene que ser una limitación para su administración, siempre que se vigile su interacción con otros medicamentos que ya tome el paciente” y que sus efectos secundarios están perfectamente descritos (dolores musculares, los más comunes). “Se ha comentado, incluso, que pueden favorecer el Alzheimer, pero no hay estudios que lo demuestren. De lo que sí tenemos pruebas es del importante número de vidas que han salvado en pacientes que han sufrido un ictus o un infarto. Como en todo medicamento –concluyó el experto- se trata de valorar los pro y contras, por eso no se dan estatinas a toda la población de bajo riesgo porque, en ese caso, los inconvenientes superan a las ventajas”.

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